Son como puntos de color en la nada. Embajadoras de la vida. Alas, alas por todas partes. Y algo así como magia, o polvo.

Apenas puedo moverme. Apenas puedo cantar. Apenas puedo pensar. Apenas puedo estudiar. Apenas puedo mirar. Pero puedo respirar, hondo, hondo. Así que respiro, y el aire de primavera me llena los pulmones.

Son como chicos perdidos en el remolino del viento. Limitadas por el intelecto humano, definidas por lo que no son, por los pensadores de todas las épocas. Son misterio, sobre todo.

Respiro y de pronto, la calle se acorta, y me encuentro en la puerta de un jardín. Hay un mundo secreto, incluso para mí. Y sé que no tengo que atravesarlo. Todavía no. Veo, eso sí, ciertos seres revoloteando alrededor de mí.

Son como luz. Luz líquida, chispas de luz aguada y tranquila. ¿Mariposas? ¿Hadas?

¿Existe alguna diferencia, en realidad?