domingo, 23 de diciembre de 2012

Me siento muy perdida, y, mientras el tiempo pasa, todo lo que puedo pensar es

(es que, si todo esto fuera un sueño como los que alguna vez tuve y me hicieron tan mal, podría levantar el teléfono y llamarte y decirte del sueño y preguntarte que estás haciendo y vos me dirías que allá andás, cocinando un poco, y yo te diría que salieras, que vieras a tus amigos, y vos me dirías que no tenés ganas.
no puedo parar de pensar en el alivio terrible de despertarme, de llamarte, de saber que puedo llamarte.
nana me contó que soñó que su viejo se moría, y de lo taaan angustiada que se había sentido, y me dieron ganas de darle la cabeza contra algo. todavía la odio un poco, pero no, no, porque es su forma de entender estas cosas, de procesarlas, y me lo contó como un modo de hacerme saber que sentía un poquito lo mismo que yo, y que estaba conmigo. pero todo lo que yo pude ver ahí, todo lo que me dio vueltas en la cabeza fue ese ALIVIO que ella sentía y estoy tan llena de envidia, los odio tanto a todos porque son capaces de ese alivio y yo no.)

nada. 


domingo, 16 de diciembre de 2012

Pasaron dieciséis minutos de las tres de la mañana. No sé que día es. 
Me fijo. Es dieciocho, un dieciocho joven y recién empezado provisto de una madrugada fresca toda llena de árboles moviéndose con el viento. Faltan dos días para mi cumpleaños. Me tomó desprevenida. 
En una época me tenía que poner a hacer cuentas para acordarme cuando cumplía años. Pero hay fechas que no te olvidás más. 
Fue un cinco de diciembre. Hace casi dos semanas, pero parece que pasaron siglos.

Por momentos, está todo bien. Me cago de la risa, sin exagerar, la paso genial.
Por momentos, estoy confundida. No tengo la más puta idea de nada, de que voy a hacer con mi vida, de que quiero.
Por momentos, estoy segura de que todo lo que quiero es desaparecer de la faz de la tierra y no volver a sentir nada nunca.
Y por momentos, la puta que lo parió, por momentos es todo tan injusto, tan triste, tan innecesario. Una mezcla de todavía no poder creerlo, y de yo lo sabía, lo supe desde el principio y no lo dije para no ser yeta,  pero lo sabía, y por ahí si hubiera creído, por ahí si hubiera tenido fe las cosas hubieran sido diferentes

Son las tres de la madrugada del dieciocho de diciembre, pasaron trece días, faltan dos para mi cumpleaños, y otros trece para que se termine este año de mierda.
Hasta el día de la fecha, se pueden contar con los dedos de una mano las veces que llamé a la muerte por su nombre. 

viernes, 7 de diciembre de 2012


Help me if you can, I'm feeling down
And I do appreciate you being round
Help me get my feet back on the ground
Won't you please, please help me