jueves, 17 de enero de 2013

Pensé que te escuché reírte, pensé que te escuché cantar, 
me parece que pensé que te vi intentándolo. 

Póngase a escribir, señorita, me encantaba que me dijeran señorita cuando era chica, después lo odié y ahora me da igual. Póngase a escribir, escriba como antes. Que era sano, era divertido, y nos entretenía a todos. 

y la mirada, la mirada desde muy arriba, y se rasca la nariz, Y haga arte, señorita, que el arte la saca de todos los pozos. si tiene que haber pozos, mejor que sean profundos, ¿no, señorita? que estén bien cavados, con un radio de dos metros en toda la circunferencia, y una profundidad de seis, con la tierra bien apisonada y dura, y sin raíces. No nos podemos permitir raíces, señorita. 

Porque en esta casa también hay una ventana, pero es más chiquita y más baja y no tiene cortinas, pero sí da a una calle, y del otro lado de la calle, también hay un árbol que más o menos a esta hora también deja pasar al sol entre sus hojas. Y la pared allá era más linda, pero acá también está bien. Que se yo. 

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